Formación Online: EMPOTRADOR CONSCIENTE - Hombres despiertos: sexualidad, fuerza y sensibilidad

Muchos hombres caminamos por la vida con un peso invisible que rara vez nos atrevemos a nombrar.

Por fuera parece que todo encaja: trabajamos, cumplimos, tenemos pareja o aventuras, reímos con los amigos. Pero por dentro sabemos que algo no está bien.

El cuerpo lo grita: cansancio, vitalidad baja, erecciones que ya no responden igual, un deseo que se apaga sin explicación. La salida fácil suele ser el porno o la masturbación rápida, que calman un rato, pero nos dejan más vacíos que antes.

Las emociones también hablan: cuesta abrirse sin miedo a parecer débiles, a veces caemos en la rabia contenida o en la apatía silenciosa, otras en la soledad que persiste incluso estando acompañados. En lo amoroso se nota aún más: falta de pasión, ternura que no sabemos sostener, relaciones donde la profundidad se nos escapa.

Lo callamos porque nadie nos enseñó a hablarlo. Crecimos con la idea de que un hombre aguanta, que no se queja, que no muestra fragilidad. Ese mandato nos volvió duros hacia fuera, pero frágiles hacia dentro. Quedamos atrapados entre dos extremos: el macho que todo lo controla y se rompe por dentro, o el hombre blando que se pierde en la sensibilidad y no sostiene nada.

Y en medio de esos polos se nos escapa lo más valioso: la posibilidad de ser hombres plenos, capaces de sostener fuerza y ternura, deseo y amor, dirección y sensibilidad. No es un simple “problema sexual”, es un síntoma profundo de cómo nos desconectamos del cuerpo, del corazón y del propósito.